Voy a contar algo de mi vida. Cuando yo era una niña de 6 o 7 años, iba a la escuela de doña Germana, que era muy seria, pero buena. Llevábamos una bolsa de tela para guardar los libros y la pizarra. Las que eran ricas llevaban una cartera más bonita. Entonces hacíamos de todo: representábamos comedias y un Nacimiento y muchas más cosas...
Cuando tenía 11 años, salí de la escuela porque tenía que cuidar de mi hermano pequeño y, después, con 13 o 14 años empece a trabajar (ganando 13 pesetas) con mi hermana Julia y mi hermano Juan. Trabajábamos todos los días, de sol a sol. Nos íbamos a arrancar garbanzos bien temprano. Cuando llegábamos del baile, no nos andábamos acostando ¡Vaya historia! Todo era trabajo y más trabajo, pero los Domingos y en las fiestas salíamos al baile y al cine que costaba 2 pesetas o 2 pesetas y media. Así era todo y nosotros tan felices. Nos reíamos con todo, porque sólo teníamos 15 o 16 años.
Más tarde, me casé de 23 años. Hicimos mucha boda: Había muchos dulces y mucha comida. Después había que seguir con el trabajo (no había otra cosa). La luna de miel que tuvimos fue mi marido y yo ir a trabajar, montados los dos en un mulo que además era medio falso.
Luego tuvimos cinco hijos nada menos y yo con más tareas todavía. Como no había agua, ni lavadoras, ni nada pues ya ves el cuadro. Todos los días me iba a lavar con el baño de ropa en la cabeza y con el cántaro de agua. Otra cosa no había. Mientras, los niños me los cuidaba mi tía Marcelina que estaba ciega.
Una vez nos llevamos a la cosecha, que estaba muy lejos del pueblo, a mi hija Ines porque tenía un año y decían que el aire era bueno y de allí vino bien.
¡Qué pelea con tanto que hacer y todo para adelante! Mi marido era bueno y muy trabajador.
Ahora todo ha cambiado. Tenemos de todo como toda la gente.
Lo peor de todo fue la muerte de mi hijo Juli y después de mi marido, pero... la vida es así.
Cuando tenía 11 años, salí de la escuela porque tenía que cuidar de mi hermano pequeño y, después, con 13 o 14 años empece a trabajar (ganando 13 pesetas) con mi hermana Julia y mi hermano Juan. Trabajábamos todos los días, de sol a sol. Nos íbamos a arrancar garbanzos bien temprano. Cuando llegábamos del baile, no nos andábamos acostando ¡Vaya historia! Todo era trabajo y más trabajo, pero los Domingos y en las fiestas salíamos al baile y al cine que costaba 2 pesetas o 2 pesetas y media. Así era todo y nosotros tan felices. Nos reíamos con todo, porque sólo teníamos 15 o 16 años.
Más tarde, me casé de 23 años. Hicimos mucha boda: Había muchos dulces y mucha comida. Después había que seguir con el trabajo (no había otra cosa). La luna de miel que tuvimos fue mi marido y yo ir a trabajar, montados los dos en un mulo que además era medio falso.
Luego tuvimos cinco hijos nada menos y yo con más tareas todavía. Como no había agua, ni lavadoras, ni nada pues ya ves el cuadro. Todos los días me iba a lavar con el baño de ropa en la cabeza y con el cántaro de agua. Otra cosa no había. Mientras, los niños me los cuidaba mi tía Marcelina que estaba ciega.
Una vez nos llevamos a la cosecha, que estaba muy lejos del pueblo, a mi hija Ines porque tenía un año y decían que el aire era bueno y de allí vino bien.
¡Qué pelea con tanto que hacer y todo para adelante! Mi marido era bueno y muy trabajador.
Ahora todo ha cambiado. Tenemos de todo como toda la gente.
Lo peor de todo fue la muerte de mi hijo Juli y después de mi marido, pero... la vida es así.
Carmen Salgado Solana
Alumna del Aula de Adultos de Acehúche
Alumna del Aula de Adultos de Acehúche